Cáncer con metástasis: “Vuelva usted dentro tres meses”

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Un paciente denuncia que, pese a la gravedad de su estado, aún no ha recibido tratamiento alguno en el hospital Torrecárdenas.

«Usted padece un cáncer de colon en estado muy avanzado con metástasis en el hígado, pero ahora no podemos ponerle tratamiento ni operarle por falta de personal durante las vacaciones de verano». Esta es la explicación, en síntesis, que Algimantas Jankantas, un lituano de 55 años que vive y trabaja desde hace tres lustros en Almería, denuncia haber recibido en el Hospital Torrecárdenas.

De hecho, después de que le diagnosticaran el cáncer, a finales de junio, le dieron cita para la consulta del oncólogo, que en teoría debería establecer el tratamiento necesario, para el próximo 13 de septiembre, es decir, casi tres meses después del diagnóstico. Eso sí, pasadas las vacaciones, cuando se incorporan habitualmente los médicos de sus vacaciones.

«Cuando nos dieron esta cita me presenté en el hospital junto a la pareja de mi hijo. Estuvimos desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, reclamando explicaciones, quejándonos en los pasillos a médicos y enfermeras, en la secretaría de Cirugía, y finalmente presentamos una reclamación por escrito», explica Algimantas, quien se muestra apesadumbrado. Dice encontrarse abandonado a su suerte y totalmente abatido por una falta de atención que le desespera.

Finalmente, sus esfuerzos por mendigar una explicación y sus quejas consiguieron que le adelantaran la cita con el oncólogo al 12 de agosto, cuando espera que le confirmen si se deberá someter a tratamiento de radioterapia o quimioterapia, y si será operado.

En todo caso, el paciente no ha sido informado aún si será en esta consulta, mes y medio después del diagnóstico, cuando se decidirá sobre su tratamiento. De ahí a que, además de haber presentado una reclamación en el hospital, también ha puesto el caso en manos de un abogado que, de momento, ha dirigido otra queja a la Delegación Provincial de Salud. «En Salud le han dicho que ya le llamarán», ironiza.

«Me siento desamparado, todavía no sé si me van a operar, si me pondrán tratamiento, me parece como si me enfrentara a un dios al que ni siquiera puedo ver y que decide por mi salud y mi vida…, pero yo quiero saber…», se lamenta este camionero, que está de baja desde que el diagnóstico y ha perdido ocho kilos en los últimos meses, desde que aparecieron los primeros síntomas.

Además, también se queja de que el diagnóstico del cáncer se retrasó hasta cuatro meses después de que se le presentaran los primeros síntomas, el pasado febrero, tras un gran número de visitas a los servicios de urgencias y, según explica, por su insistencia al presagiar que podría tratarse de algo grave.

«He trabajado en España desde hace 15 años, cuando llegué con mi familia a Almería desde Lituania, cotizando a la Seguridad Social y nunca he estado enfermo antes. Nunca habría esperado este trato tan degradante», dice en presencia de su hija Edita y su nuera Ieva, quienes junto a su mujer, Regina, y su hijo Darius le están apoyando con todas sus fuerzas para conseguir lo que consideran justo.

«Muchos médicos y enfermeras llegan a echarse las manos a la cabeza por lo que nos está pasando, e incluso nos animan a quejarnos al hospital, porque también les sucede a otras muchas personas», se queja su hija Edita.

Fuente: elmundo




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