‘La heterosexualidad provoca daños en la mujer’

No se pierda las delirantes reflexiones de Beatriz Gimeno, número 4 en la lista de Podemos en la Comunidad de Madrid.

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Beatriz Gimeno, número 4 en la lista de Podemos para la Comunidad de Madrid y por tanto nueva diputada autonómica, es una militante radical lesbiana que centra su vida en el activismo social feminista por la diversidad sexual.

Fue presidenta de la FELGTB (Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) cuando Zapatero aprobó el matrimonio homosexual y la ley de identidad de género.

Estudiante de filología bíblica, sostiene que se mide con la Iglesia Católica “en su propio terreno”, aunque se reconoce atea y militante del laicismo. Cuando no ejerce de activista feminista, escribe y colabora en medios de izquierda como Diario.es o Público.es.

Su filosofía feminista y lesbiana se puede desglosar con las siguientes perlas en las que queda patente un discurso homófobo por sus críticas continuas hacia el género masculino, al que no duda en llamar opresor, violento, promiscuo y para que el que pide, con visos a lograr una igualdad total entre ambos sexos, la penetración anal por parte de mujeres.

–  “La heterosexualidad obligatoria es una herramienta del patriarcado para poner a las mujeres en una posición subordinada respecto a los hombres”

– “La heterosexualidad no es la manera natural de vivir la sexualidad, sino que es una herramienta política y social con una función muy concreta que las feministas denunciaron hace décadas: subordinar las mujeres a los hombres;

–  “Olvidar que en la mayor parte de los periodos históricos las mujeres, si hubieran podido elegir, hubieran escogido no mantener relaciones sexuales con los hombres, no vivir con ellos, no relacionarse con ellos, es olvidar algo fundamental en la historia de las mujeres (y de los hombres)”

– “Es la heterosexualidad la que, verdaderamente, se clava en las vidas y en los cuerpos de las mujeres. Situarse en el espacio físico del lesbianismo puede resultar liberador en tanto que se asume una posición de outsider respecto de la heterosexualidad, en tanto que el cuerpo se siente más libre y respira, en tanto que una puede observar(se) desde fuera, y hacerse más consciente de los mecanismos de opresión que operan sobre nosotras.”

– “La heterosexualidad no sólo se enseña, sino que además, se hacen ímprobos esfuerzos para que la mayoría de las mujeres sientan que no tienen otra opción; la heterosexualidad está fuertemente inducida, y de ahí los múltiples mecanismos destinados a sustentarla, a enseñarla, a favorecerla, a castigar la disidencia, a presionar a las mujeres para que se hagan heterosexuales en definitiva: mecanismos psicológicos, sociales, económicos, políticos.

– “El feminismo lucha con denuedo para limitar los daños que la heterosexualidad provoca en las mujeres

– “Se sabe que cualquier mujer puede ser lesbiana”

–  “De ahí que dicha frase se pueda proferir como amenaza: voy a hacer que te sientas una mujer de verdad, es decir, voy a violarte

– “Son muchas las lesbianas que afirman haber escogido serlo o bien por razones políticas o, si bien no conciencian esa elección, dicen haber llegado a la conclusión de que como lesbianas son más felices, ya que encuentran que las relaciones entre mujeres están dotadas de cualidades que no encuentran en los hombres”

– “Muchas otras sienten que elegir una vida lesbiana es elegir una vida que se aleje de la que han llevado sus madres”

–  “Muchas mujeres tendrían mucho que ganar si existiera una ecuación que pusiera en pie de igualdad homo y heterosexualidad o que incluso fomentara la no heterosexualidad.

– “La violencia machista sólo la ejercen los hombres contra las mujeres porque los hombres son los únicos que en esta sociedad se pueden encontrar en la posición masculina […] Sólo un hombre puede sentir que tiene la legitimidad simbólica, cultural, histórica que le da el patriarcado para matar a su mujer. […] Cuando un hombre mata a una mujer por machismo, es un asesinato por odio a las mujeres, que es lo que es el machismo simplificando mucho”.

– “El poder rosa es un mito homófobo. Ojala fuera real. Todos los grupos tienen derecho a tener un grupo de presión. Por lo que vemos, nuestra capacidad de presión no es muy grande. Espero que el poder rosa sea cada vez más poder”.

– “Cualquier grupo discriminado puede beneficiarse de la discriminación”

– “El mundo gay tiene sus propios códigos de comportamiento como por ejemplo la aceptación universal de la promiscuidad aunque se tenga pareja. La fidelidad no es un valor en la comunidad gay”.

– “Me gustaría contribuir a problematizar la siguiente cuestión: dado el profundo simbolismo asociado al poder y a la masculinidad que tiene en la cultura patriarcal la penetración (a las mujeres), ¿qué podría cambiar, que importancia cultural tendría una redistribución igualitaria de todas las prácticas, de todos los placeres, de todos los roles sexuales, incluida la penetración anal de mujeres a hombres?

Redundando en la anotomía masculina, Beatriz Gimeno  se muestra “muy interesada por el culo masculino como lugar de vergüenza y como espacio altamente simbólico donde se concentra la pasividad entendida como feminización (degradante) y como lugar de placer inasumible para los hombres heterosexuales. La penetración anal o vaginal tiene importantes significados simbólicos en torno a los cuales se concentra una parte importantísima del discurso sexual patriarcal especialmente en lo que hace referencia a la feminidad/pasividad (impotencia) y masculinidad/actividad (agencia, potencia). Y sin embargo, el ano es una de las principales zonas erógenas para hombres y mujeres. Especialmente para hombres. Para que se produzca un verdadero cambio cultural tienen que cambiar también las prácticas sexuales hegemónicas y hetero normativas y que sin ese cambio, que afecta a lo simbólico y a la construcción de las subjetividades, no se producirá un verdadero cambio social que iguale a hombres y mujeres”.

La polémica militante de Podemos se muestra también contraria a la lactancia materna y lo razona a su manera: “la presión a favor de la lactancia se encuadra en la cada vez mayor naturalización de las mujeres. Ser madre lactante no es una obligación, sino una opción: se puede ser buena madre y dar el biberón; que además permita compartir la crianza a partes iguales con el otro progenitor o progenitora. Se somete una presión brutal a las madres para que den de mamar, sí o sí. No veo la persecución a la lactancia por ningún sitio”.

Fuente: gaceta


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