Nació el primer hotel gestionado por jóvenes con síndrome de Down

Ubicado en Asti, allí los empleados pueden adquirir experiencia laboral, aprenden a vivir solos, a gestionar su sueldo y a trabajar en grupo.

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Abrió en Italia el primer hotel del mundo atendido exclusivamente por jóvenes con síndrome de down, en el marco de un emprendimiento dirigido a desafiar las leyes del marketing e incluir a personas con capacidades diferentes en el mercado laboral.

El hotel Albergo Etico se encuentra en el corazón de la provincia de Asti (Corso Galileo Ferraris, 58) y ofrece una experiencia innovadora que combina lo empresarial con lo social.

La idea surgió de la visión de amigos y profesionales nucleados en la Associazione Albergo Etico que, desde 2006, fomenta la inserción laboral de chicos con síndrome de Down con el objetivo de ayudarlos a lograr su autonomía.

El hotel de tres estrellas fue inaugurado el 18 de junio pero tiene una gran ambición: llegar a ser de cuatro estrellas dentro de un año. Está ubicado en el corazón de la ciudad, cerca del Parque della Resistenza, un hermoso jardín repleto de árboles junto a la histórica Piazza Alfieri.

Dispone de 26 habitaciones y un total de 60 camas, un restaurante que funciona en una bodega histórica con capacidad para 50 personas, un generoso jardín, aire acondicionado, wi-fi, y zona de coworking a disposición de los clientes y de la ciudad.

Según el diario italiano La Repubblica, además de la posibilidad de adquirir experiencia en el lugar de trabajo, los jóvenes con síndrome de down disfrutan de un espacio en el que aprenden a vivir solos, gestionar ellos mismos su sueldo y aprender a trabajar en grupo.

La intención es formar a nuevos profesionales en el sector turístico de toda Italia, ayudándoles en la adquisición de la autonomía personal, paso indispensable para las personas con discapacidad de cara al mundo del trabajo“, dice el diario.

El proyecto del Albergo Etico gira en torno a Nicolás, un niño con síndrome de Down que hizo, hace unos años, una pasantía en el restaurante “Tacabanda”, de de Asti, conectado con el hotel. La experiencia de Nicolás, además de haber cambiado su vida, cambió la vida de muchos de sus compañeros de la cercana Casa Montessori, un hogar para jóvenes down.


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