Sacrifican a 57 monos en un zoo de Japón por no ser de raza pura

La paradoja de proteger una especie matando a ejemplares de la misma

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57 monos acaban de ser sacrificados en el zoológico Takagoyama Nature de Chiba, Japón.

Los animales eran macacos japoneses, también llamados “macacos de cara roja” y “monos de nieve”. Se trata de una especie protegida. Sin embargo, de entre los 164 que estaban en el zoo y se creían “totalmente puros”, alrededor de un tercio eran descendientes de un cruce con el macaco Rhesus.

Esta especie no está incluida en la lista mundial de especies amenazadas según la Unión Internacional para la Conservación (UICN). No obstante, en Japón el Rhesus está catalogado como una variedad “exótica invasora”. Son un peligro para la preservación de los macacos japoneses, ya que pueden hibridarse con ellos y poner en peligro “el medio ambiente nativo”.

Pero, en vez de esterilizarlos o apartarlos del resto para que no se reproduzcan, han decidido acabar con todos los monos a los que han encontrado genes de este animal. Según un operador del zoo, han sido inyectados con un veneno letal y más tarde se ha celebrado un ritual budista “en memoria de sus almas”.

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El sacrificio es el método a seguir en Japón desde que, en 2013, se actualizara la Ley de protección del medio ambiente indígena. Según esta normativa, los descendientes híbridos deben ser eliminados para que no pongan en peligro las especies autóctonas, algo que en los 90 casi acaba con el macaco japonés.

Sorprendentemente, Junkichi Mima, portavoz de WWF Japón, también ha defendido esta práctica:

“Las especies invasoras causan problemas, ya que se mezclan con animales autóctonos y amenazan al medio ambiente natural y al ecosistema”.

Fuente: playgroundmag


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