Un festival con entradas a 250.000$ acaba convertido en pesadilla para los asistentes

Se han encontrado es un verdadero desastre

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  Todo tenía que ser perfecto. Un festival de ensueño en una isla recóndita de las Bahamas. Influencers, celebs, selfies en la playa, conciertos exclusivo, catering de primera y vuelo en jet privado desde Miami incluído. Eso era, al menos, lo que habían prometido a los múltiples asistentes que ya habían adquirido su ticket. Un ticket por el módico precio de entre 1500 y 250.000 dólares.

¿Aún no te sitúas? Ponte en situación viendo el vídeo promocional de Fyre Festival:

Pero una vez ahí. Su sueño se ha derrumbado a pedacitos. Nada de lo que le habían prometido era real. Según informa ahora el diario Independent, detrás de este festival está el rapero Ja Rule.

Desde anoche, los asistentes han empezado a compartir de forma masiva en redes sociales el “desastre” con el que se han encontrado: ni organización, ni comida gourmet, ni siquiera luz. A cambio: sillas de plástico y un sandwich de queso con algunas hojas de lechuga.

El panorama se parece más a una peli de terror de serie B:

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Los asistentes no dejan de subir a redes sociales lo que se están encontrando e incluso han creado una cuenta para denunciar que es un fraude @ FyreFestivalFraud. Algunos de ellos, permanecen retenidos en el aeropuerto con caras largas y decepcionadas.

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Desde el Fyre Festival ya han anunciado que han cancelado todos los vuelos que quedaban por llegar desde Miami.

Y, además, han agregado esta simpática nota a Instagram que parece hasta de broma: “Parece que hemos tenido algunos problemas inesperados en nuestro primer día de festival”. El nivel de surrealismo llega al punto que se han encontrado unas notas de la organización del evento estrujadas por el suelo con la lista de la compra y el presupuesto. Todo resulta tan imposible que es maravilloso.

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No tenemos ni idea de qué significa esto. No sabemos por qué este festival no predijo que los asistentes se volverían locos al llegar a la tierra prometida. No sabemos si realmente han tenido problemas MUY GRAVES para no tener nada preparado. O si es una especie de performance para criticar el consumo de los ricos, el hedonismo exagerado y el propio concepto de los festivales. Si es esto último es así, quizás estamos ante una idea brillante.

Fuente: playgroundmag


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