El motor de Sheila Abdus-Salaam, de 65 años, era defender a los más vulnerables, a los más pobres, a los inmigrantes empobrecidos y a los enfermos mentales de los intereses de los más poderosos.
El cuerpo sin vida de la magistrada asociada de la Corte Suprema de Nueva York, de 65 años, fue encontrado flotando en el agua alrededor de las 2 de la tarde (hora local) del miércoles. A los pocos minutos, los paramédicos la declararon muerta y, más tarde, su marido la identificó.
Fuentes que no revelaron su identidad, dijeron a New York Postque Abdus-Salaam había desaparecido de su casa cercana a Harlem el miércoles por la mañana. Por el momento, no hay indicios que revelen cómo terminó en el río, ya que los agentes la encontraron completamente vestida y sin signos de trauma en el cuerpo.
Sin embargo, la investigación continúa para conocer todos lo detalles y con la autopsia se determinará finalmente la causa de la muerte, según dijo el portavoz de la policía.
Se trata de un trágico final para una mujer pionera, cuyo rastro no se olvidará fácilmente.
Abdus-Salaam tuvo una carrera admirable como juez que empezó en 1994, y que no se detuvo hasta llegar a ser uno de los siete jueces de la corte Suprema de Nueva York en 2013, un prestigioso cargo al que difícilmente hubiese imaginado que llegaría cuando de niña creció en el seno de una familia pobre con sus seis hermanos en Washington. Como luchadora que era, con los años forjó la tenacidad que finalmente la llevó a licenciarse en Derecho en la Universidad de Columbia en 1977.
La trayectoria de una vida que le dio la sensibilidad para tener un “profundo entendimiento de los problemas cotidianos a los que se enfrentan los neoyorkinos”, elogió el que un día fue gobernador del Estado, Mario Cuomo.
Los agentes la encontraron completamente vestida y sin signos de trauma en el cuerpo
Con el paso de los años, demostró día tras día, que para ella su trabajo era una causa. Esta consistía en defender a los más vulnerables, a los más pobres, a los inmigrantes empobrecidos y a los enfermos mentales de los intereses de los más poderosos.
Como dijo en una entrevista en 2014: “Desde Arrington, Virginia, donde mi familia era propiedad de otra persona, mi asiento en la corte más alta del estado de Nueva York es increíble y enorme. Nos dice a ti y a mí lo que significa saber quiénes somos y qué podemos hacer”.
Fuente: playgroundmag