Petra Laszlo fue captada hace un año zancadilleando a los inmigrantes que huían de la policía en la frontera húngaro-serbia. Ahora podría pasar dos años en prisión.

La periodista húngara que propinó patadas a varios refugiados, podría enfrentarse a dos años de cárcel. Petra Laszlo fue captada hace un año por las cámaras de una televisión alemana dando golpes y patadas a los refugiados que huían de la policía en la frontera húngaro-serbia.

Ahora, la periodista, que poco después fue despedida del canal de extrema derecha en el que trabajaba, se sentará en el banquillo de los acusados después de que fiscales húngaros la hayan acusado de “quebrantamiento de la paz”.

Según la legislación del país, por “quebrantamiento de la paz” se entiende cualquier comportamiento antisocial y violento capaz de incitar a la ira y se castiga con una pena máxima de 2 años de prisión.

Durante la huida de los refugiados, a Laszlo le dio tiempo de dar una patada en la espinilla a un joven y una chica pero. La patada que se hizo viral fue la que la periodista dio a un hombre sirio, Osama Abdul Mohsen, que huía con su hijo en brazos y que acabó cayendo al suelo según muestra el vídeo. La indignación que despertaron las imágenes fue máxima.

La periodista se disculpó por lo que hizo alegando que en ese momento temió por su integridad y actuó para protegerse a sí misma. La justicia húngara no parece pensar de la misma manera. Pero ¿qué hubiera pasado si no hubiera una cámara delante?

Lo cierto es que en el juicio y la posible condena de Laszlo se puede percibir un poso de oportunismo que hace pensar más en una sentencia mediática, en cierto aprovechamiento político.

El vídeo cabreó demasiado a la sociedad y el enfado siempre pide un veredicto, pero la xenofobia se ceba a diario con inmigrantes cuyos casos permanecen en el anonimato perpetuo por culpa del desinterés o la permisividad de las mismas instituciones que esta vez han decidido imputar.

Fuente: playgroundmag