Seguía vendiendo helados a sus 89 años, hasta que esta foto le cambió la vida

Cuando un joven vio a Fidencio Sánchez tirando de su carro de helados supo que tenía que hacer algo. Le hizo una foto e inició una campaña para hacerle una donación con la que ya ha recaudado más de 200.000 dólares.

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A sus 89 años, Fidencio Sánchez debería estar jubilado, disfrutando de su vejez después de una vida de trabajo. Sin embargo, durante los últimos ha estado deambulando con su carrito de paletas (helados de palo) por las calles de La Villita, el barrio mexicano de Chicago.

Sánchez trabajó durante más de 20 años vendiendo helados y ya se había retirado. Sin embargo, en julio, el día en el que murió su única hija todo cambió. Desde aquel momento, él y su esposa pasaron a cuidar a sus nietos y se vieron obligados a volver a sacar a la calle el carrito que no había salido durante más de dos décadas.

“Pensamos: ¿qué vamos a hacer? Tenemos que pagar las facturas”, dijo Sánchez a ABC News.

Inicialmente él y su esposa salían juntos a trabajar. Pero, cuando ella cayó enferma, tuvo que volver a hacerlo solo y, desde entonces, todo pasó a ser responsabilidad suya. Todos dependían de él y aquello le hizo volver a la rutina de años atrás: “me levanto temprano y trabajo durante todo el día hasta las ocho de la noche”, explicó.

Desde que su única hija murió Sánchez trabaja 10 horas al día vendiendo helados y bebidas heladas en las calles del barrio de La Villita, Chicago

Pero hubo un día en el que esta historia tuvo un giro inesperado. El día que Joel Cervantes se fijó en él y se convirtió, sin saberlo, en el desconocido que le cambiaría la vida.

Cervantes le vió caminar por la calle con su carrito y supo que debía inmortalizar aquella escena. La compartió en la red e inició una campaña en GoFundMe para recaudar fondos para él y su mujer. 

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Y lo consiguió.

Inicialmente pedía 3.000 dólares, pero rápidamente las cifras ascendieron a más de 100.000. Y ahora, gracias a la participación de 7.000 desconocidos tiene más de 160.000 dólares para pagar sus facturas y cubrir otros gastos.

Gracias a la participación de 7.000 desconocidos tiene más de 160.000 dólares para pagar sus facturas y cubrir otros gastos

Fue una pequeña aportación para muchos, pero de un gran cambio para un solo hombre. Y aquel era el objetivo de Cervantes, ofrecer “alivio a Fidencio, el hombre de las paletas”.

Después de esta aportación, la carga de su vida, que está materializada en su carrito, es menor. Cuenta con una buena ayuda económica que le permite destinar más tiempo al descanso en casa. Sin embargo, ha asegurado que no va a dejar de vender helados por La Villita.

Fuente: playgroundmag




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