Un hombre lanzó un mensaje embotellado al océano Atlántico, décadas después es devuelto a su hija…

Clint Buffington descubrió la botella en 2011, cuando estaba enterrada en la arena. Era un nublado día en las islas Turcas y Caicos, cercanas a República Dominicana. El suelo de la playa estaba lleno de basura, “con miles de botellas vacías”, como explicó Buffington en un email, y la botella que encontró estaba en medio de todo aquello, parcialmente enterrada. “Estuve bastante sorprendido incluso cuando la ví”, contó este joven.

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Pero estaba en lo cierto, Buffington se acercó con curiosidad al extraño objeto. En la botella se podía leer: “Mira dentro”, “entonces fue cuando el corazón de me puso a mil.” contó. Tras esto el chico resolvió romper la botella para extraer el mensaje que contenía, revelando una nota en la que se había escrito con lápiz y que contenía unas cuantas pistas. Este fue el comienzo de una apasionante aventura que no olvidará en su vida.

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Las notas que incluían el mensaje eran bastante crípticas y peculiares. Una dirección (419 Ocean); un nombre (Tina); un nombre de algo desconocido (Beachcomber). ¿Era un lugar? ¿Era un objeto? Las palabras “Devolución” y “Recompensa” se tornaron cada vez más claras, también, como Buffington contó después. Era toda una búsqueda como las de las novelas de aventuras, totalmente increíble…

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En el mensaje se podía leer literalmente: “Devuelve a… en el 419 de Ocean Boulevard y recibe una recompensa de 150$ de Tina, la propietaria de Beachcomer.” Con esta información, este joven estuvo investigando para hallar a quién envió la botella a la deriva en el océano Atlántico varias décadas atrás. Y tuvo éxito, llegando a encontrar a la mujer cuya familia era propietaria de un motel de New Hampshire llamado el Beachcomber.

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Ahora, años después del descubrimiento inicial, la nota que encontró Buffington en aquella botella ha sido devuelta a la familia del hombre que la soltó en las aguas. “Es muy especial porque trae de vuelta una parte de él, una parte de ella, una parte de mi infancia y también un trozo de nuestro viejo Beachcomber.” cuenta Paula Pierce, la hija del hombre que envió la botella. “Estas cosas son muy difíciles de perder.”

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Este no es el único mensaje en una botella que Buffington ha desenterrado, de hecho, esto se ha convertido en una afición para él. Tiene una página web sobre esto, y ha escrito que sueña tornar está afición a algo más, un libro, una película, etc. Lo importante es que es un experimentado buscador de mensajes en botellas, así que sabe lo que hace. Pero eso no signifique que sea una tarea fácil. Buffington comenzó su búsqueda en internet, como la mayoría hubiera hecho.

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“Empecé buscando en Google. Aparecieron varios 419 del Ocean Boulevard en varios sitios, como Florida, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Washington, Oregon y California. todo el mundo tenía una dirección así.” Cuenta el joven, entusiasmado. Así que incluyó la palabra “Beachcomber” en el buscador. Eso le llevó a New Hampshire, donde aparecía un motel llamado Beachcomber localizado en el pueblo de Hampton.

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Sin embargo, no era una búsqueda concluyente, así que decidió hacer una llamada a la cámara de comercio local. “Les conté la historia completa, y me escucharon pacientemente,” contó el muchacho. Entonces lo enviaron a la oficina del cliente del condado, que lo envió a una oficina de un asesor de impuestos, que a su vez lo envió a una página web, en la que él podía ver los títulos de las propiedades.

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Entonces, esa página le llevó a conocer los nombres de Tina y Paul, los padres de Paula Pierce. “Entonces supe que tenía algo” cuenta Buffington. Él contactó con Paula hace años, pero nunca obtuvo una respuesta. El no quería enviarle el mensaje, por miedo a que sus padres hubieran fallecido. “Imagina que tus padres llevaran fallecidos por 20 o 30 años, y que un chico, un extraño, apareciera y te contara que tiene la última carta e información que tus padres habían dejado en este mundo. Y que además te llegara por correo. Nadie lo creería.” cuenta el joven explicando su manera de actuar. El conservó los fragmentos de la botella en una caja en su casa y enmarcó la nota.

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Entonces, hace poco, consiguió encontrarse con Pierce y devolverle el mensaje de su padre. “Era todo lo que había esperado y mucho más, para ser honesto. Lo que esperaba yendo a esa reunión, era lo que siempre había esperado, hacer un amigo de por vida. Y creó que fue exactamente lo que pasó.” Cuenta el joven. Los padres de Paula habían fallecido hace varios años, ella los echaba mucho de menos y pensaba que tenía que haber una razón superior que hizo que se pudiera encontrar la botella. Esto me relajó hoy, empecé a llorar, sentía como si me estuvieran enviando un mensaje de alguna manera. ¿Qué opinas de esta bella historia?

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Fuente: paraloscuriosos




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