Le rociaron líquido, le lanzaron piedras y le abrieron la cabeza con un enchufe. Tan sólo tiene 7 años.
Darren Stevenson, de 7 años de edad, estaba muy entusiasmado de ir a la oficina de correos de su ciudad para enviar la carta a Santa Claus, en donde le pedía algunos de sus juguetes más anhelados. En el trayecto fue agredido por una pandilla de jóvenes que lo hirieron.
Le rociaron líquido, le lanzaron piedras y le abrieron la cabeza con un enchufe eléctrico.
Tanta maldad lo dejó asustado, llorando y sangrando de una herida que le habían abierto en la cabeza. Un grupo de moteros escuchó acerca de su terrible ataque y más de 40 de ellos se unieron para ofrecerle su apoyo.
Los “rudos” moteros le contaron las veces que también ellos habían sido golpeados e intimidados cuando eran niños, y que habían tenido miedo.
Darren, de Larkhall, Escocia, y su mejor amigo, Connor Torrance, de 8 años de edad, habían sido víctimas de intimidación y abusos por parte de una pandilla de jóvenes que no los dejaban en paz. Nadie había podido hacer algo para frenar los golpes.
Después del último ataque, el tío de Connor convocó a un encuentro de moteros para unirse en contra de los “matones”. Decenas de ellos acudieron a la convocatoria y les brindaron su apoyo a los dos niños.
Hablaron mucho con ellos y les contaron que también eran intimidados cuando eran jóvenes, pero no tenían a nadie que los apoyara.
Los dos amigos, que tenían mucho miedo de salir a jugar como lo hacían antes, fueron sorprendidos con la asistencia de los motociclistas y se divirtieron juntos al saber que pueden contar con ellos en caso de emergencia.
Laura Armstrong y Kristina, madres de Darren y Connor respectivamente, quedaron igualmente fascinadas con el apoyo de los hombres para sus hijos y no encontraron las palabras justas para agradecerles el gesto.
¿Qué opinas de la empatía de este grupo de hombres?
Fuente: upsocl