Unos estudiantes compran un sofá de segunda mano. Una noche, notan un bulto en uno de los cojines…

¿Cuántos no hemos soñado con el día en que nos encontremos un tesoro y seamos inmensamente ricos y felices? Aunque claro, está de más mencionar que el dinero no siempre compra la felicidad pero vaya que facilita la vida ¿cierto?

Un día común como cualquier otro, tres amigos que compartían piso y que eran estudiantes de State University de Nueva York, EE.UU notaron que su apartamento lucía un tanto vacío, sobre todo el área de la sala en la que normalmente pasaban la mayor parte del tiempo realizando tareas. Entonces los chicos decidieron comprar un sofá entre los tres en un bazar, así el gasto sería menor, ignoraban la gran sorpresa que encontrarían en este y que su pequeña anécdota se volvería viral luego de ser compartida por uno de ellos.

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En realidad el bazar no tenía gran variedad, había un solo sofá que relatan los jóvenes era bastante viejo, feo y además tenía un olor característico de los años que habían trascurrido sobre él. Sin embargo, les era muy necesario y además sólo costaba 20 dólares, así que decidieron no pensarla más y hacer la compra.

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Todo iba de lo más normal, los chicos lo instalaron en el espacio que le tenían destinado y esa misma tarde decidieron darle uso. Se acomodaron para ver una película pero cuando uno trató de abrazarse a uno de los cojines de este, sintió algo dentro de él que no era precisamente el relleno. El cojín contenía algo más. Y si, efectivamente, el sofá más feo, viejo y barato, resultó que era el escondite para nada más y menos que ¡un gran tesoro!, primero encontraron la cantidad de 700 dólares, los chicos no podrían creerlo. Pero indagando en aquel cojín pudieron encontrar un par de sobres sumando así la modesta cantidad de 40.800 dólares, ¡imagínate sus caras de sorpresa!

Como lo hubiese hecho cualquier otro al mirar tanto dinero junto, cada uno hizo sus planessobre lo que haría con su parte, porque claro, al ser de los tres el dinero sería repartido en partes iguales. Sin embargo, hurgando más en el cojín, la joven encontró un sobre con un nombre escrito en él y tras hablarlo los tres, decidieron que lo mejor y más honesto era buscar al verdadero dueño de todo ello para devolvérselo, pues reflexionaron que ellos no hicieron nada grandioso para obtenerlo y tal vez ese dinero era producto de muchas horas de trabajo de alguien más.

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Tras días de buscar al dueño, tuvieron la idea de buscar su nombre en un directorio telefónico y si, afortunadamente lograron dar con él. Tras la bocina contestó una anciana quien se sorprendió muchísimo al momento de escuchar lo que le querían entregar pues por la edad no había recordado que en el sofá tenía un guardadito cuando decidió deshacerse de él, pero sabía la cantidad exacta que era.

Cuando por fin estuvieron frente a la anciana, esta les contó que eran los ahorros de su esposo y ella de toda la vida y que incluso la idea había sido de él, quien hace años había fallecido. Desde entonces la mujer continuó con este hábito de guardar todos sus ahorros allí y cada noche se recostaba en ese sofá por dos razones: le recordaba a su amado y le parecía más cómodo luego de una operación a la que había sido sometida. También les contó que fue su hija quien terminó por deshacerse de ese sofá pensando que una cama nueva sería más cómoda para ella pero jamás imaginó que dentro de él se encontraba una pequeña fortuna.

La anciana agradeció el gran gesto de honestidad de los jóvenes y decidió regalarles la cantidad de 1000 dólares, ahora podrían conseguir otro sofá y quien sabe, tal vez el próximo también tuviera algo oculto. Finalmente todos terminaron felices.

Con honestidad ¿tú qué hubieses hecho en el lugar de los jóvenes? No dudes en compartirnos tu respuesta en los comentarios. Actos con este alto grado de honestidad, merecen ser reconocidos. Ayúdanos a COMPARTIR en tu muro. 🙂

Fuente: porquenosemeocurrio




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